Escrita el 10/25/2019 2:27:00 PM
Los tiempos evolucionan, así como los tipos de entrenamiento para cuidar el cuerpo y potenciar sus habilidades.
El entrenamiento funcional debe su nombre a la necesidad de componer un entrenamiento que se adecúe a las características de cada usuario. Cada persona es distinta y tiene unas necesidades diferentes, y este entrenamiento se caracteriza por su marcada personalización a la hora de trabajar aspectos como la fuerza física, la flexibilidad o la resistencia.
Así, este tipo de entrenamiento resultará distinto para cada persona que lo ponga en marcha. Eso incluye a usuarios que, por ejemplo, practiquen el mismo deporte, ya que se adecuarán los tiempos y las modalidades de ejercicio a unas necesidades concretas. Cuando el entrenamiento funcional se entiende como un modelo preconfigurado, capaz de servir por igual a todos los individuos, entonces pierde por completo su intencionalidad inicial.
Es importante diferenciar el entrenamiento funcional de una oferta variada de ejercicios que permiten la posibilidad de escoger entre ellos el que más te apetezca. Por definición, las rutinas de entrenamiento funcional deben estar ajustadas a cada usuario; un entrenamiento que obvia el historial o el punto de partida de una persona no estará, en ningún caso, bajo el paraguas de esta definición.
El principal beneficio de practicar rutinas de entrenamiento funcional es el hecho de poder adaptar los ejercicios a las necesidades de cada usuario. Por lo tanto, habrá un objetivo de entrenamiento concreto que permitirá la mejora y la eficiencia, independientemente del punto de partida inicial. Todo gracias a la selección de ejercicios enfocados a potenciar aquellos aspectos que resulten más deseables.
Un aspecto importante de las rutinas de entrenamiento funcional es la involucración de todo el cuerpo en la rutina. Por norma general, los ejercicios se sitúan en un plano de imitación de la realidad, y las rutinas se basan en la participación de un gran número de músculos del cuerpo. Por ejemplo, multiarticularización de los movimientos permite una mayor coordinación de los músculos, haciendo que el usuario gane fuerza de forma progresiva y saludable.
A la hora de emprender una rutina de entrenamiento funcional es necesario equiparse correctamente para desarrollar los ejercicios. Algunos de los materiales de entrenamiento funcional imprescindibles son:
Con estos y otros materiales, se logra un estímulo que se siente de forma más natural que las máquinas. De esta manera, es posible reaccionar a estímulos basados en lo cotidiano, procedentes de situaciones reales.
Aunque los ejercicios que se llevan a cabo en las rutinas de entrenamiento funcional varían según la persona y sus objetivos, hay ejercicios recurrentes gracias a sus propiedades a la hora de trabajar el cuerpo.
Algunos de los ejercicios -como el burpee– sirven para ejercitar todo el cuerpo a través de saltos y extensiones de la postura en diferentes posiciones. Los ejercicios con Kettlebell sirven para trabajar un gran número de músculos, mientras que otras rutinas funcionales incorporan ejercicios para trabajar las piernas, algunos tan populares como las sentadillas o las zancadas.
Los ejercicios destinados a trabajar el área de la espalda también gozan de popularidad, aunque muchos de ellos implican un alto nivel, como las dominadas. Para la espalda baja, también hay ejercicios que pueden ayudar a trabajar la zona lumbar, como el “superman” -la extensión de piernas y brazos estando tumbado boca abajo-.
Finalmente, no podemos olvidar mencionar el entrenamiento en suspensión (TRX) y su inclusión en los circuitos de entrenamiento funcional. El TRX es un sistema de arnés con agarres que, colocado a una determinada altura, resulta muy eficaz para mejorar el rendimiento y la salud. Dado que este entrenamiento es adaptable a diferentes tipos de nivel y condiciones físicas, encaja a la perfección en la filosofía de personalización de las rutinas de entrenamiento funcional, además de reforzar aspectos tan importantes de la condición física como son la fuerza y el equilibrio corporal.