Escrita el 11/29/2019 1:21:00 PM
De por qué es muy buena idea que combines estas dos prácticas para alcanzar tus objetivos y mejorar tu técnica
¿Está realmente completa una rutina de fitness si sólo realizas un tipo de ejercicio? Siempre que hablamos con expertos, ya sea sobre un deporte en concreto o incluso sobre una serie de repeticiones (de abdominales, de sentadillas, etc.), lo que nos queda bien claro es que, si de verdad queremos ver resultados -independientemente de cuál sea nuestro objetivo- no podemos centrarnos solamente en una zona del cuerpo o limitarnos a una única práctica. Aunque existen algunos entrenamientos muy completos, lo cierto es que siempre es buena idea complementarlos con otros que cubran sus posibles carencias. Hemos hablado en otras ocasiones de la combinación de distintas actividades, como el boxeo con el ballet, pero después de que una editora de Vogue.es alabase las bondades que le ha traído la combo de running y yoga, es justo y necesario dedicar un momento a explorar las posibilidades de esta mezcla inesperada.
A priori podría parecer que el perfil de runner y el de yogui son bastante contrarios, pero lo cierto es que, precisamente por eso, son dos ejercicios que se complementan muy bien. "Debemos buscar que trabajen cualidades físicas distintas o grupos musculares diferentes, así conseguiremos un equilibrio perfecto y nos sentiremos fuertes", señala Bea Porto, preparadora física y dietista deportiva. Así que, mientras que la actividad de correr es un buen ejercicio cardiovascular que, tal como explica Porto, "disminuye la posibilidad de padecer enfermedades, ya que se produce una disminución de la presión arterial y del colesterol, pérdida de peso y producción de endorfinas, lo cual ayuda fisiológica y psíquicamente", el yoga se mueve por otros derroteros, aunque coincide en algunos puntos: "nos ayuda a fortalecer los músculos y los huesos, aumenta nuestra flexibilidad, alivia dolores crónicos, mejora la respiración, quema calorías, combate la hipertensión y reduce los niveles de colesterol, además de reducir los niveles de estrés y aumentar la autoestima", afirman Pepe Roca y Marta Vilaplana, impulsores del centro de yoga y nutrición Food&Yoga.
Para saber con qué práctica podemos alternar el running y el yoga o, dicho de otra forma, para entender cómo estas dos encajan tan bien, debemos saber qué es lo que una puede aportar a la otra. Tal como señala Jordi Canela, fundador de los centros YogaOne, "es una combinación que permite desarrollar la parte cardíaca y la resistencia, que aunque se pueden trabajar íntegramente con el yoga, a través del running se puede aportar un combo que beneficia al corredor, mejorando la movilidad al correr, la zancada, la posibilidad de aumentar los ritmos y la velocidad a través de la regulación del ritmo de la respiración, así como mejorar la conciencia del propio cuerpo para, a la vez, saber cuáles son los límites y mejorarlos". A esto, desde Food&Yoga añaden que precisamente "existen ejercicios de yoga ideales para corredores, hay diversas posturas que trabajan los pies y ayudan a prepararlos para la carrera. Por otro lado, el yoga favorece la recuperación de los isquiotibiales, uno de los músculos más castigados durante las carreras, además de fortalecer el cuerpo contra el impacto del asfalto, tonificar el tren superior y actuar como un gran activador circulatorio".
Con esta idea coincide también Bea Porto, que señala que "si ya practicamos una actividad de cardio como el running, es muy interesante poder combinarla con otra de menor intensidad. Es imprescindible trabajar la fuerza, puesto que el fortalecimiento muscular nos ayuda a disminuir la masa grasa, hace que nuestros tejidos conectivos sean más resistentes y evitamos la osteoporosis. También está comprobado que el trabajo de fuerza aumenta nuestra autoestima". A esto la especialista añade que "con el entrenamiento de yoga corregiremos posturas corporales inadecuadas, gastaremos calorías, prevendremos lesiones y tonificaremos el cuerpo", algo que la carrera por sí sola no nos puede aportar. Con una práctica regular de ambas disciplinas, la experta afirma que notaremos mejoras "por un lado, en la velocidad y la resistencia; y por otro, en la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad. Ambas actividades nos aportan una mejora de nuestras cualidades físicas, sin olvidar el beneficio mental".
Tanto a la hora de practicar esta mezcla como con el combo de cualquier otro par de disciplinas, puede surgir la duda de si una debería predominar sobre la otra o cada cuánto tiempo tendríamos que repetir cada una. "Siempre debemos realizar actividad física con regularidad, por lo que no hay un mínimo ni tampoco un máximo", explica Porto. "Cinco días a la semana sería una muy buena opción, con tres días de cardio y dos de yoga o al revés, todo depende de las necesidades de cada persona", señala. No obstante, si lo que queremos es centrarnos más en el yoga, Jordi Canela matiza que "por su naturaleza, se recomienda entre semana el yoga y, el fin de semana, combinarlo con el running para que convivan mejor". Aunque, al fin y al cabo y tal como señalaba Porto, todo será cuestión de las prioridades de cada uno.
Aunque una práctica de yoga nunca nos vendrá mal, teniendo en cuenta la gran cantidad de variedades que existen y atendiendo a las declaraciones de los expertos, siempre será mejor decantarnos por aquellas tipologías que se centran directamente en las bondades que más notará un runner. Para Jordi Canela, una buena elección será el Ashtanga yoga, "una práctica de Hatha-vinyasa, un yoga muy físico, en el que la disciplina y la progresión tienen un aspecto muy importante y generalmente es con el estilo que se sienten más cómodos los corredores. Además, también potencia la mejora y el control de la función respiratoria, con lo que con su práctica podemos encontrar beneficios que se pueden trasladar a la actividad del running. Asimismo, les permitirá equilibrar aquellas partes del cuerpo donde se realizan muchas contracciones o se acumula mucha tensión derivada de los entrenamientos"
El Ashtanga yoga también es la respuesta ganadora de Pepe Roca y Marta Vilaplana, aunque ellos añaden dos disciplinas más que también pueden resultar interesantes para los corredores: el Rocket yoga y el Yin yoga. Según explican, el primero de ellos "incrementa nuestra fuerza física, haciendo que nuestros músculos sean cada vez más fuertes. Las series con las que cuenta esta variante despiertan nuestro sistema nervioso, energía y vitalidad", mientras que el segundo "es perfecto para practicarlo después de los entrenamientos, resulta ideal para prevenir lesiones deportivas, ya que trabajamos a fondo nuestra flexibilidad, evitando que cualquier movimiento brusco pueda causar alguna tendinitis o rotura".
Todos los especialistas consultados coinciden en señalar que la natación y el ciclismo o spinning pueden ser perfectas prácticas para conjugar con el yoga. "Existen algunos ejercicios específicos para nadadores que hacen que estos noten sus músculos más tonificados y se sientan con la energía suficiente para ponerse a nadar. Y, por otro lado, el yoga puede ayudar a los ciclistas a lograr esa concentración y ganas de superación que tanto requiere el deporte que practican", explican desde Food&Yoga. Bea Porto coincide con esta idea, señalando que "son dos disciplinas deportivas muy enriquecedoras en las que interviene tanto el tren superior como el inferior".
Aunque Jordi Canela coincide con la idea del ciclismo, explica esta combinación ideal en otros términos, puesto que "la práctica del yoga va muy orientada a la apertura de nuestro sistema energético y al desarrollo de los distintos centros energéticos que tenemos a lo largo de nuestra columna vertebral. La bicicleta o el spinning facilitan el despertar de la energía kundalini, el despertar de los tres centros bajos", señala. Asimismo, también está de acuerdo con la idea de la natación, teniendo en cuenta que "las actividades acuáticas facilitan movimientos armónicos que no suponen desgaste, tienen componentes cardíacos, de movilidad y de fortaleza y permiten, al igual que el yoga, facilitar la conexión del movimiento y la respiración". ¿Otras alternativas que propone el especialista? "La práctica del boxeo está conectada con el valor del corazón y ciertas aperturas son necesarias para conectar con el amor propio y la fortaleza; mientras que otros tipos de disciplina, como el antigravity yoga, facilitan la apertura de los centros de conciencia superiores".
Para terminar, Roca y Vilaplana añaden una recomendación más inesperada: la meditación. "Mucha gente cree que son dos prácticas que van siempre de la mano, pero no tiene por qué ser así", explican. "El yoga es una actividad que actúa como medio para alcanzar la unión entre nuestro cuerpo físico, mental y espiritual. En cambio, la meditación es esencialmente un estado de consciencia, un ejercicio con el cual enfocamos nuestra mente en un objeto virtuoso para poder alcanzar un estado de paz interior. El hecho de enlazar ambas prácticas ayuda a formar, modificar y fortalecer conexiones neuronales, logrando que nuestro cerebro y nuestra mente evolucionen", rematan.